Este informe presenta un estudio de revisión sobre los indicadores de las plantillas de Certificados de Eficiencia Energética en toda Europa en comparación con los propuestos en el Anexo V de la refundición de la EPBD. El estudio proporciona una visión general completa, presentada en forma de tablas y gráficos, donde cada indicador enumerado en el Anexo V se agrupa y analiza para la verificación de su cumplimiento.
El informe también incluye una sección sobre la estimación de la carga/costes adicionales que podrían afectar los costos generales tanto para los evaluadores como para los propietarios de los edificios, derivados de la inclusión de esos nuevos indicadores en la plantilla de CEE.
Una segunda parte del estudio busca destacar las sinergias entre los Certificados de Eficiencia Energética (EPC) y otras herramientas de certificación de edificios, como el Indicador de Preparación Inteligente (SRI), LEVEL(s), los Pasaportes de Renovación de Edificios (BRP) y los Libros de Registro Digitales de Edificios (DBL).
Los datos suelen estar dispersos en diversos lugares y herramientas, y en algunos casos se recrean varias veces, lo que genera falta de transparencia y claridad. El estudio sienta las bases para una visión general completa, implementable a lo largo del tiempo, que presenta en formato tabular y gráfico la correlación entre las herramientas de eficiencia energética y las posibles sinergias con el sistema EPC. Finalmente, el informe destaca cómo la estructura de la información puede influir en la eficacia de un EPC a la hora de fomentar la elección de edificios energéticamente más eficientes.
El Anexo V de la propuesta de reforma de la Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios (EPBD) establece un nuevo modelo de Certificado de Eficiencia Energética (EPC) para unificar la presentación de los datos en toda la Unión Europea.
El nuevo formato incluye la calificación energética (de la A a la G), el nivel de emisiones de CO₂, el consumo de energía primaria y final, el porcentaje de energías renovables utilizadas, y recomendaciones personalizadas para mejorar el rendimiento energético del edificio. Además, introduce elementos nuevos como indicadores opcionales de calidad del aire interior o preparación digital (SRI).
El objetivo es hacer los EPC más claros, comparables y útiles para promover la renovación energética. Sin embargo, su aplicación plantea desafíos como la necesidad de mejorar la calidad de los datos y adaptar los sistemas nacionales. Este cambio es clave para avanzar hacia un parque inmobiliario cero emisiones en 2050.
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